Una buena norma para saber si las zapatillas que has comprado a tu hijo son las adecuadas para su pie es comprobar que, una vez puestas, existe una distancia de medio centímetro entre el dedo más largo y el extremo de la zapatilla.
Una buena forma de conseguir que tu hijo abandone pronto el chupete es aprovechar cuando empiece a tener molestias con los dientes y sustituirlo por un agradable mordedor.
Hay niños que a la hora de comer son un verdadero problema. Si no le gusta el pescado, prueba a hacerle filetitos sin espina, pasados por huevo y empanados. Les resultará más atractivo.
La hormona del crecimiento se segrega durante la noche, por lo que es imprescindible que el niño duerma las horas suficientes y que el sueño sea de buena calidad. No debe dormir menos de ocho horas diarias, pero además, una buena norma para evitar trastornos es procurar que se acueste siempre a la misma hora. Esto es algo que debes llevar a rajatabla (aunque siempre pueda haber días extraordinarios).
A tu niño ¿lo machacan los mosquitos durante las noches? Si ya lo has probado todo y aun así la criatura acaba siempre marcada por las picaduras, compra aceite esencial de lavanda en una herboristería y aplica unas gotitas sobre su piel después del baño y antes de ir a dormir: los mosquitos no se acercarán porque les repele el olor a lavanda.
Para eliminar las manchas en las manos de los niños que acaban de hacer manualidades con plastilina, temperas u otro tipo de producto que deja color, haz que se froten bien las manos con pasta de dientes durante unos minutos. Después, aclara muy bien y no quedará rastro de color en ellas.
Cuando a los niños les gusta una cosa, no suele haber forma de hacerles cambiar. Por eso, si a tu hijo le encantan los filetes empanados, pero te has quedado sin huevos, haz una mezcla de harina y leche y utilízala como masa para el rebozado. No lo notarán en absoluto.
Cuando empiezan a comer solos, se les suele escurrir la cuchara y se ponen perdidos. Evítalo clavando un corcho en el extremo de la cuchara; de esta forma, al caer, encontrará un tope y no se manchará.
Muchos padres evitan que sus hijos jueguen con bengalas porque tienen miedo de que se quemen la mano. Pero esto se evita de una forma muy sencilla: antes de encenderlas clava en el extremo inferior un pañuelo de papel bien mojado. No se quemarán.
¿No consigues que abandone el chupete? Hay un truco: el «Ratoncito Pérez del chupete»: Le dices al niño que deje el chupete en la ventana y que éste le dejará una sorpresa. Aprovecha para dejarle un juguete que lleve tiempo pidiéndote.