
Para devolverle la pátina original a un objeto de estaño que presenta un aspecto opaco y sin brillo, frota la superficie del mismo con un paño húmedo impregnado con ceniza de madera o con sal de cocina. Quedará muy bien y con poco esfuerzo.
Para devolverle la pátina original a un objeto de estaño que presenta un aspecto opaco y sin brillo, frota la superficie del mismo con un paño húmedo impregnado con ceniza de madera o con sal de cocina. Quedará muy bien y con poco esfuerzo.
Alargarás la vida de las pilas viejas si las envuelves en papel de aluminio y las metes en el congelador durante unas 24 horas. Después podrás volver a utilizarlas al menos durante unos días, hasta que puedas ir a comprar unas nuevas.
Si quieres reducir las radicaciones que emite tu ordenador, pon a su lado un Cereus peruvianus. Es una planta que las absorberá y tú trabajarás mucho más tranquilo.
¿Se han mojado las hojas de un libro porque te ha caído algún líquido? Espolvorea sus hojas con polvos de talco, cierra bien el libro y pon encima de él unos pesos (pueden servir unos libros más pesados) para que la humedad no deforme las hojas de papel. Pasados unos días, elimina el talco con un cepillito y listo.
Los periódicos usados te pueden servir como aislante contra el frío. Por ejemplo, si tus alfombras están colocadas sobre un suelo de terrazo o baldosas (materiales que suelen ser bastante fríos), coloca varias capas entre ellas y el suelo. Además, alargarán algo más la vida de tus alfombras.
Tu chimenea estará lista para el invierno si limpias los ladrillos con una esponja humedecida e impregnada en polvos de piedra pómez. La protegerá del hollín si la cubres con una capa de cera transparente. Conseguirás, también, un buen tiro de humo en tu chimenea añadiendo a la leña varios trozos de piel de patata.
Si has sufrido la aparición de parásitos en la cocina, ya sabes que es difícil eliminarlos. El proceso a seguir para acabar con ellos es limpiar bien los armarios (por dentro y por fuera) y los electrodomésticos con agua caliente y lejía. Una vez secos, introduce en ellos unas hojas de laurel. Con que las cambies un par de veces o tres al año tienes garantizado que no volverán a aparecer.
Cubre el piso con papeles de periódico humedecidos y bárrelos. Así evitarás que el polvo se desplace hacia los muebles.
Para que no dejen un cerco de suciedad en la pared, coloca unos taquitos de madera o goma en la parte inferior. Quedarán separados y no se ensuciarán.
Las marcas que los muebles han hecho en tu alfombra puedes eliminarlas mojándolas con un paño húmedo y pasando después, la plancha bien caliente. Luego solo tienes que cepillarla. Te quedará como nueva.