
La carne del rodaballo es suave y muy apreciada pero puedes darle un plus de sabor si antes de proceder a cocinarla la dejas marinando unas horas en vino blanco y cebolla cortadita en aros.
La carne del rodaballo es suave y muy apreciada pero puedes darle un plus de sabor si antes de proceder a cocinarla la dejas marinando unas horas en vino blanco y cebolla cortadita en aros.
¿Has intentado dar alguna vez un sabor diferente a las albóndigas? Prueba preparándolas con pescado. Desmenúzalo bien, mézclalo con harina y reboza en pan rallado. Fríe como de costumbre y guísalas. Te quedarán deliciosas y más de una vez podrás sorprender a los comensales con sabores nuevos y variados.
El mayor problema que nos plantea este pescado al freír es que se consumen en exceso. Sin embargo, esto no ocurrirá si tienes la precaución de pasarlas por un poco de leche antes de pasarlas por harina.
A veces resulta difícil conseguir que los asados adquieran un bonito color dorado, pero si los rocías con zumo de limón antes de introducirlos en el horno, lograrás añadir un suave sabor y que se doren a la perfección. Verás cómo, además de exquisito, su presentación será de profesional.
¿Te ha sobrado bacalao ya desalado? Podrás aprovecharlo en otra ocasión si lo congelas introduciéndolo en un recipiente hermético al que añadirás un dedo de agua.
Hay niños que a la hora de comer son un verdadero problema. Si no le gusta el pescado, prueba a hacerle filetitos sin espina, pasados por huevo y empanados. Les resultará más atractivo.
El bonito enlatado en aceite no es el pescado más rico en calcio, un título en manos de las sardinas en conserva, pero sí es el que proporciona un mayor contenido en vitamina D. Esta vitamina aumenta la absorción del calcio y previene las pérdidas de este mineral que se produce a través de la orina cuando se siguen dietas demasiado ricas en productos de origen animal, alcohol y sal.
Cuando tengas que rebozar tanto carne como pescado, solo tienes que añadir al aceite en el que vayas a freír unas ramitas de perejil tierno. No solo evitarás que se queme el aceite, sino que quedará mucho más vistoso y tierno.
Toma nota de la mejor forma de limpiar el pescado y dejarlo completamente limpio de escamas: rebózalo en un poco de vinagre. Te aseguro que conseguirás eliminarlas todas con solo pasar la mano una vez y sin realizar ningún esfuerzo.
Si para cocinar un pescado, necesitas eliminar la mayor parte de sus escamas, solo tienes que raspar con fuerza la piel del pescado con ayuda de un cuchillo siempre en sentido contrario a la disposición de las escamas: de la cola hacia la cabeza. Verás qué fácil resulta.