
Con el calor, es muy normal que los pies suden y terminen con un olor desagradable. Pero puedes evitarlo lavándolos con agua templada, secándolos bien y rociándolos con un poco de bicarbonato.
Con el calor, es muy normal que los pies suden y terminen con un olor desagradable. Pero puedes evitarlo lavándolos con agua templada, secándolos bien y rociándolos con un poco de bicarbonato.
Las perlas naturales son muy porosas y pueden estropearse si entran en contacto con la colonia o el sudor. De vez en cuando dales un baño de agua con un poco de detergente neutro, sécalas con un paño suave y ponlas al sol unos minutos. Luego envuélvelas en papel de seda y guárdalas en un sitio distinto al que pongas el resto de tus joyas.
Para evitar este problema, nada más sencillo que meter las manos durante un buen rato en agua fría a la que hayas echado un chorro de vinagre.