Aprovecha las botellas de refrescos (siempre que sean de plástico y lleven tapón de rosca) llenándolas de agua y congelándolas. Cuando vayas al campo o la playa, mételas en la nevera de picnic en lugar de los clásicos moldes plásticos de hielo. Enfriarán igual y al descongelarse tendrás agua fresca. Es mejor que las botellas sean pequeñas para poder repartirlas mejor. Es importante que no las llenes por completo, ya que de lo contrario corres el riesgo de que estallen al congelarse.
Agua fresca
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