
A nuestros hijos les encanta pintar con témpera, pero lo ponen todo perdido. La solución es muy sencilla: compra una esponja grande y haz varios agujeros, introduce los distintos botes de pintura en cada uno de ellos y te aseguro que habrás resuelto todos los problemas, porque cuando tu hijo quiera mojar el pincel, no goteará más que en la esponja.