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Durezas en los pies

Para las durezas en los pies, mezcla seis aspirinas trituradas con una cucharada de agua y otra de zumo de limón. Aplícalo en la zona afectada, mete el pie en una bolsa de plástico y envuélvelo en una toalla caliente durante 15 minutos. Frota con piedra pómez.

Chimenea a punto

Tu chimenea estará lista para el invierno si limpias los ladrillos con una esponja humedecida e impregnada en polvos de piedra pómez. La protegerá del hollín si la cubres con una capa de cera transparente. Conseguirás, también, un buen tiro de humo en tu chimenea añadiendo a la leña varios trozos de piel de patata.

Chimenea

¿Quieres que los ladrillos interiores de la chimenea queden limpios de nuevo? Primero elimina con un cepillito el hollín. Después mezcla 100 g de jabón en 1 litro de agua y llévalo a ebullición. Cuando se haya enfriado, añade un vaso de amoniaco y 250 g de piedra pómez en polvo. Con la mezcla resultante y un cepillo de cerdas no muy duras, frota los ladrillos o la piedra de la chimenea y aclara bien.

Eliminar durezas

Para eliminar las durezas de los pies dales un baño frotándolos con piedra pómez. Después, una vez bien secos, fricciónalos varias veces con 40 gramos de vaselina mezclada con 1 o 2 gramos de ácido salicílico y unas gotas de zumo de limón fresco. Si eres constante las durezas de tus pies se mantendrán a raya.

Otro método para decirle adiós a las durezas:  parte una cebolla por la mitad y cúbrela con sal. A continuación métela en un recipiente de cristal y ciérralo. Después de seis horas habrá soltado un líquido que deberás aplicarte en las zonas más deterioradas de tus pies con la ayuda de un pequeño pincel.

Un método más:  Corta una rodajita de tomate y colócala sobre ella, sujétala con una tirita o similar y déjala unas horas. Cuando te lo quites, verás que el tomate se ha llevado gran parte de la dureza.