
Los zapatos de piel que tenemos desde hace muchos años suelen estar tan gastados que no se pueden recuperar ni con betún. La solución es muy sencilla. Antes de limpiarlos, frótalos con una patata partida y cruda. Luego, límpialos con el betún habitual y rocíalos con laca de la que usas para el cabello. Volverán a brillar.