
La plata quedará como si fuera nueva si primero la frotas con un poco de jugo de cebolla y rápidamente le pasas un paño suave.
La plata quedará como si fuera nueva si primero la frotas con un poco de jugo de cebolla y rápidamente le pasas un paño suave.
¿No sabes cómo proceder a limpiar una joya de oro blanco? Es muy sencillo: bate una clara de huevo y aplícala sobre la joya con ayuda de un pincel. Deja que la clara de huevo se seque, frota con un paño muy suave y verás cómo recupera su antiguo brillo.
Si tienes unas piezas de bisutería metalizada en tono plateado y quieres limpiarlas, frótalas con dentífrico que contenga flúor. Pule después con un paño suave y seco y verás qué limpias y qué brillo presentan.
Las perlas naturales son muy porosas y pueden estropearse si entran en contacto con la colonia o el sudor. De vez en cuando dales un baño de agua con un poco de detergente neutro, sécalas con un paño suave y ponlas al sol unos minutos. Luego envuélvelas en papel de seda y guárdalas en un sitio distinto al que pongas el resto de tus joyas.
Las cocinas de acero se han puesto de moda y hay que reconocer que las encimeras de las cocinas en acero inoxidable son muy higiénicas. El problema aparece al querer que brillen. ¿Un truco? Frotar el acero con un paño empapado en ginebra. Pule después con otro paño suave y bien seco.
Tus zapatos de charol se mantendrán perfectamente limpios si los frotas con el interior de la piel de un plátano y luego les pasas un paño suave para sacarles brillo.