Un día te puede ocurrir que te quedes sin quitaesmalte y en ese momento no puedas salir a comprar otro. Prueba a quitar los restos de pintura con alcohol de 96º. Es una solución muy eficaz para un caso de emergencia.
Para evitar que la próxima vez que vayas a pintarte las uñas descubras que el esmalte se ha apelmazado y está duro, procura mantenerlo guardado siempre en el frigorífico. No tendrás este problema nunca más.
Si has llevado una manicura o pedicura con las uñas pintadas en un tono fuerte u oscuro, seguro que te costará eliminar el color a la primera. Necesitarás un poco de tiempo para eliminar el esmalte anterior, pero un truco que te ayudará es empapar un disco de algodón en quitaesmalte y dejar que repose unos segundos sobre la uña para deshacer bien la laca y que cueste menos eliminarla.
Para escoger el color de la laca de las uñas que mejor le va a tu piel es importante observar el tono de la piel de las manos: si ésta tiene un matiz azulado las lacas más idóneas son las que poseen una base de tonos fríos; si la piel tira a amarillenta o marronosa, son preferibles las tonalidades más cálidas.