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Tuberías sin olor

Si es un problema recurrente en tu cuarto de baño o cocina, prueba a solucionarlo echando una vez por semana media tacita de levadura química y, a continuación, un vasito de vinagre blanco. Deja que actúe un par de horas y echa un buen cubo de agua caliente. Los olores desaparecerán.

Eliminar el mal olor

¿Verdad que a veces resulta realmente insoportable el mal olor? La solución es fácil: echa bicarbonato dentro del zapato y agítalo para que se impregne bien todo su interior. Después, sacúdelo para que caiga el sobrante. El resultado es excelente.

Mal olor en zapatos

Si tus zapatos han cogido mal olor, existe una solución muy sencilla para acabar con él. Por la noche, mete dentro de tus zapatos un pedazo de carbón vegetal. Absorberá el mal olor y a la mañana siguiente podrás comprobar que ha desaparecido por completo.

Regular intestino

Tritura un ajo y mézclalo con unas gotitas de aceite. Tómate una cucharada cada mañana en ayunas y tu intestino se regulará como por arte de magia. Resulta muy eficaz y natural. Evita el mal sabor y olor que pueda quedarte chupando después un grano de café.

Cocer callos

Para que al cocer los callos no despidan mal olor, introduce en la cazuela uno o dos corchos de botella.

Desagües sin mal olor

Tienes dos posibilidades, para que los desagües no tengan mal olor, y que funcionan fenomenalmente. Por un lado, rellena los sifones de agua y que se complete toda su reserva con agua bien limpia. Y la segunda, cambia bien los sifones o bien el diámetro de las tuberías.

Gatos de pelo largo

Si tienes un gato de pelo largo, debes saber que sólo tienes que bañarlos cuando su pelaje ya está muy sucio y desprende mal olor. Los gatos son animales muy limpios y ellos mismos procuran que su higiene esté al día. Pero, si crees que necesita un bañito, utiliza un champú adecuado a su tipo de pelo. Eso sí, ármate de paciencia porque los gatos odian el agua y si no está acostumbrado, se negará en redondo.

Mancha de orín de gato

La mancha que produce el orín de un gato no es difícil de eliminar, al contrario que el olor que parece no irse nunca. Aplica una solución de vinagre o zumo de limón y agua caliente jabonosa. Sécalo muy bien y, a continuación, frota la zona con un paño empapado en amoníaco. Quitarás el desagradable olor y, además, conseguirás que no vuelva a orinarse en el mismo sitio.