
Si tienes el problema de que los grifos de tu casa están llenos de cal por el agua de la zona y te resulta muy molesto y antiestético, pon en un cazo un poco de vinagre y caliéntalo hasta hervir; luego, viértelo rápidamente por la parte dañada y espera unos minutos. Pasa una esponja y verás cómo desaparece. Si aún así quedan algunos restos, puedes repetir la operación. Este truco también sirve para la bañera, el inodoro, etc.