¿Quieres sacar el máximo rendimiento de tus herramientas? Pues toma nota: En el caso del serrucho, unta los dientes con cera, parafina, jabón líquido o limpiador de metales. Se deslizará fácilmente y se agarrará mucho mejor a la madera.
Es inevitable: el tapón del tubo de pegamento se pega y no hay forma de volver a abrirlo. Para que no suceda ni una sola vez más, la primera vez que vayas a utilizarlo, frota con aceite la zona de la cánula por la que sale el pegamento. A partir de entonces lo abrirás sin más dificultad.
Para que la silicona del interior de los tubos no se seque después de haber utilizado un poco, enrosca en la boquilla un tornillo. Cuando la vuelvas a utilizar bastará con que lo desenrosques con ayuda de un destornillador.
En numerosas ocasiones, siempre que sea de buena calidad, la cinta adhesiva de doble cara puede sustituir a clavos y tornillos. Sirve para fijar y para colgar multitud de pequeños objetos sin necesidad de llenar de agujeros las paredes.
Los objetos que cuelgues tienen que tener un peso máximo, porque de lo contrario la gravedad te jugará malas pasadas.
La pistola de encolar es útil para pegar todo tipo de material. El bastoncillo de cola que contiene se adhiere en caliente y al enfriarse une las superficies en medio minuto. Primero enchufa la pistola. La cola estará lista cuando en la boquilla aparezca una gota de pegamento. La unión será más rápida si previamente hemos calentado las piezas a pegar. Evita quemarte con la cola aún caliente. Hay bastoncillos de cola de distintos colores según la naturaleza del material a pegar.
Si haces trabajos manuales, es posible que alguna vez hayas necesitado pegamento y no hayas podido abrirlo porque el tapón se había pegado. Evítalo echando un poco de aceite cuando lo utilices. La próxima vez no tendrás problemas y lo abrirás fácilmente.
Si eres aficionado al bricolaje y tienes un espacio destinado a practicarlo, compra un panel de madera y cuélgalo en la pared. Dibuja en él la silueta de tus herramientas y coloca unos clavos para colgarlas y que cada una tenga su lugar. Siempre las tendrás en orden y a mano.
¿Tienes algún tornillo que ha quedado un poco flojo y no encuentras la manera de asegurarlo más? Existen dos soluciones bastante sencillas: una, la más cómoda, comprar uno nuevo; otra, la más rápida, enrollar unas cuantas hebras de estropajo de aluminio alrededor de la rosca del que ya tienes.
Para perforar metales con tu taladro necesitas de brocas especiales de acero rápido. Primero deberás marcar el punto de perforación con un punzón y sujetar fuertemente tanto el taladro como la pieza. Disminuye la velocidad de giro de la broca en los metales duros y auméntala en los blandos, como el aluminio o el latón y no fuerces la máquina para evitar quemar la broca. Para orificios grandes, aumenta poco a poco el diámetro de la broca hasta la medida deseada.
Si tienes una caja de herramientas, el consejo es que introduzcas en las diferentes bandejas unos trozos de tiza, carbón o, incluso, varias bolsas de naftalina. Tienen el poder de absorber la humedad, por lo que así tus herramientas y clavos quedarán libres de humedad y no acabarán presentando manchas de óxido. ¡Pruébalo y cambia de vez en cuando las tizas, el carbón o las bolsas de naftalina si las notas húmedas!