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Azulejos de cocina

Para que los azulejos de tu cocina queden limpísimos. sin grasa y brillantes, mezcla amoníaco y blanco de España hasta conseguir una pasta homogénea. Impregna los azulejos y deja que se sequen. Retíralo después con un paño o papel de cocina y verás qué limpios quedan.

Limpiar juntas de azulejos

Para limpiar las juntas de los azulejos de gres que se ponen tan feas -sobre todo en la cocina por efecto de la grasa- no tienes más que frotar con un cepillo de dientes viejo mojándolo en un poco de detergente líquido con unas gotas de lejía.

Grasa en zapatillas deportivas

Si tu hijo se ha manchado las zapatillas deportivas con grasa de bicicleta, aplica sobre la mancha un poco del mismo producto que usas normalmente para limpiar el horno. Después, mételas en la lavadora.

Interruptores

Para eliminar las manchas de grasa que quedan de tanto pasar los dedos por ellos, frota con un paño ligeramente humedecido en agua y detergente. Este mismo truco te servirá para quitar las manchas que quedan en la pared alrededor de los enchufes e interruptores si la pintura es lavable; si ésta no se puede mojar, frota sencillamente con miga de pan o goma de borrar.

Botes decorados de cocina

En la cocina solemos tener botes decorados que se impregnan de grasa. El problema es que al enjabonarlos y frotar con el estropajo van perdiendo su dibujo. Para que no ocurra, ponlos a remojo sin frotar en agua con un poquito de lejía.

Grasa en alabastro

Si tienes una decorativa pieza de alabastro que presenta algunas manchas de grasa utiliza un algodón embebido en aguarrás y frota la zona manchada hasta que la grasa desaparezca. A continuación, lava la pieza con agua jabonosa, aclara y seca: ¡volverá a estar igual de bonita que cuando era nueva!

Conservar piedras preciosas

Cuando se tiene una piedra preciosa en casa, no basta con poner una caja fuerte para protegerla; también hay que tener una serie de cuidados para conservarla adecuadamente y que nos dure mucho más tiempo. Por ejemplo, si tienes ágatas, debes limpiarlas con agua caliente, amoníaco y detergente. Luego aclara bien con agua, déjalas secar y, finalmente, frótalas con alcohol de quemar. Si lo que tienes es ámbar, ten presente que recuperará su brillo si te frotas las manos con aceite y luego las pasas por la piedra. Después, para eliminar los restos de grasa, pule con una gamuza.

Controlar la sal

Muchas mujeres hacen verdaderos esfuerzos siguiendo tratamientos anticelulíticos, pero muchas no saben que es imprescindible controlar el consumo de sal, ya que su abuso contribuye a que se fije la grasa en los tejidos. Sin este requisito y, con la ayuda de beber dos litros de agua diarios, la mayoría de las veces los tratamientos son inútiles.