
Los niños se dan a veces golpes en la cabeza y resulta bastante difícil que se dejen aplicar un cubito de hielo para que no les salga el clásico chichón. Si tú también tienes este problema, ten siempre preparado en el congelador un mordedor de los que se congelan y aplícaselo en la zona cuando se golpee. Suele resultar algo más fácil porque a ellos les resulta más agradable y se lo dejan poner mucho mejor.