
¿Quieres acabar con las arrugas? Nada más sencillo si sigues este consejo: lava cuatro hojas de diente de león, mézclalas con cuatro cucharadas de aceite de ricino y ponlo a hervir en un cazo, a fuego lento. Déjalas cocer durante diez minutos y luego espera a que reposen unas tres horas para colar el líquido y ponerlo en un frasco. ¡Ya tienes un excelente aceite antiarrugas para tu rostro!