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Encerar muebles mates

Para encerar tus muebles mates y queden perfectos toma estas sencillas pero eficaces medidas básicas: Primero debes desengrasar la madera con alcohol especial para barnizar. Después, pule cuidadosamente la superficie con una lija de lana de acero. En este momento, extiende la cera ablandada sin saturar demasiado la madera. Lustra finalmente con un paño de piel para abrillantar toda la superficie.

Encerar muebles mate

Para encerar tus muebles mates y queden perfectos toma estas sencillas pero eficaces medidas básicas: Primero debes desengrasar la madera con alcohol especial para barnizar. Después, pule cuidadosamente la superficie con una lija de lana de acero. En este momento, extiende la cera ablandada sin saturar demasiado la madera. Lustra finalmente con un paño de piel para abrillantar toda la superficie.

Joyas de coral

Si tienes joyas de coral ya sabrás que cuanto más te las pongas, más bonitas estarán, pero, cuando quieras limpiarlas, déjalas toda una noche en un recipiente lleno de aceite de oliva o de almendras. Al día siguiente solo tendrás que abrillantarlas con una gamuza.

Sombreros de paja

Incondicional de todos los veranos, pero como suelen ser de colores claros, nos encontramos con el problema de que se ensucian con una rapidez increíble. Se puede dejar en perfecto estado sacudiéndolo bien para eliminar el polvo que haya penetrado entre el entramado de la paja. A continuación, frótalo delicadamente con un cepillo suave humedecido en una mezcla de zumo de limón y clara de huevo. Deja que se seque a la sombra y frota con un paño seco para abrillantar la paja.

Mueble de cuero

Si tienes algún mueble de cuero que se ha cuarteado ligeramente al estar cerca de una fuente de calor (como un radiador), trátalo con aceite de ricino antes de abrillantarlo con un paño suave de lana. Y evita, en lo sucesivo, que el calor siga estando tan cerca.

Objetos decorativos de cobre

Si tienes unos objetos decorativos de cobre que no sabes cómo abrillantar, frótalos con medio limón impregnado con bicarbonato. A continuación, remata la operación frotando con un estropajo de lana de acero (preferiblemente ya desgastado) y pule con un paño de algodón para sacarle el brillo. ¡Quedarán impecables!