
Con el calor, es muy normal que los pies suden y terminen con un olor desagradable. Pero puedes evitarlo lavándolos con agua templada, secándolos bien y rociándolos con un poco de bicarbonato.
Con el calor, es muy normal que los pies suden y terminen con un olor desagradable. Pero puedes evitarlo lavándolos con agua templada, secándolos bien y rociándolos con un poco de bicarbonato.