Normalmente, los niños quieren echarse solos el azúcar o el cacao del desayuno y también es normal que lo derramen. Para que no ocurra, pon tanto el azúcar como el cacao en envases dosificadores parecidos a esas jarras en las que viene la miel.
Normalmente, los niños quieren echarse solos el azúcar o el cacao del desayuno y también es normal que lo derramen. Para que no ocurra, pon tanto el azúcar como el cacao en envases dosificadores parecidos a esas jarras en las que viene la miel.