
Cada vez que les quitas una tirita a los niños, protestan, gritan y patalean por el dolor. Para que esto no vuelva a ocurrir, antes de quitársela dales un poco de aire caliente con el secador de pelo. Así, el pegamento se habrá reblandecido y ese tirón seco que hay que dar (es preferible a ir poco a poco) no dolerá nada.