Si tú o alguno de los tuyos se marea en trayectos por carretera o por mar, prepara un termo de infusión de jengibre y tomar la tisana a pequeños sorbos a lo largo del recorrido. Otra posibilidad es optar por los comprimidos masticables formulados con jengibre y otras plantas de similar acción, como la menta y la manzanilla.
Para combatir el dolor de encías y evitar su inflamación, es de gran utilidad realizar enjuagues con una tisana que, además de malva, puede incluir caléndula, lavanda y eucalipto.
El mal de altura es un trastorno que a veces padecen las personas que viajan a un lugar a 2.500 metros por encima del nivel del mar y que se manifiesta con dolor de cabeza, mareo, inestabilidad digestiva… puede prevenirse con extracto de ginkgo biloba. Tomando esta planta cinco días antes del ascenso se consigue reducir, según señalan los expertos, tanto la incidencia como la intensidad de las molestias.
Una de las múltiples propiedades que tiene la caléndula es que mejora la textura de la piel reseca o agrietada. Si se tienen las manos agrietadas, es recomendable aplicar unas gotas de aceite esencial de esta planta directamente en ellas, una vez por la mañana y, de nuevo, por la noche.
Si tienes dolor de espalda o de huesos en general, prueba a tomar un baño con agua bien caliente a la que hayas añadido una infusión de manzanilla muy cargada. Los efectos serán casi inmediatos, pues esta planta tiene grandes propiedades antiinflamatorias.
En plena época de exámenes, en medio de un dificilísimo problema, cuando tu cerebro se declara en huelga y te entran ganas de salir corriendo, tómate una infusión bien concentrada de romero. Te aseguro que te recuperarás y lograrás una agilidad mental increíble.
¿Eres propenso a quedarte sin voz? Se acabó el problema. Tómate cada mañana en ayunas y cada noche antes de acostarte un vasito del siguiente preparado: 100 gramos de apio y otros 100 gramos de repollo bien licuados. El efecto es perfecto. Pero si lo que sueles tener son fuertes dolores de cabeza, puedes hacer el mismo preparado, aunque, eso sí, con 300 gramos de repollo en lugar de 100 y tómala solo una vez al día y en ayunas.
Existen dos trucos perfectos para aliviar el dolor de esas pequeñas quemaduras que, con relativa frecuencia nos hacemos al cocinar. Uno consiste en cortar una patata por la mitad y aplicarla sobre la zona dañada. En el segundo hay que mezclar dos cucharadas de aceite de oliva con una clara de huevo, aplicar sobre la piel y mantener así unos minutos. Cualquiera de los dos da buen resultado.
¿Quieres darte un baño realmente relajante? En un recipiente lo suficientemente grande, echa medio litro de agua hirviendo sobre ocho cucharadas de hojas de laurel bien trituradas. Tápalo y deja reposar durante media hora. Después, añade otro medio litro de vinagre de sidra y vuelve a dejar reposar una hora más. Tras esta operación, solo tienes que colar el preparado y añadir la mitad al agua del baño.