
Cuando las rosas que te han regalado empiecen a ponerse un poco mustias, no las tires. Hierve medio litro de agua, pon los pétalos y deja macerar unos diez minutos. Después, cuélalo y échalo en un recipiente con tapa. Una vez frío, guárdalo en la nevera. El resultado es un eficaz y natural tónico de belleza.